12/03/2017

Bitácora de viaje. Día 20. Final de viaje.

Todo tiene que terminar. Es el ciclo de la vida y de los viajes. Ha sido un largo, hermoso e intenso viaje. Con más de 6.500 km recorridos. No creemos haber aprendido la historia de Estados Unidos en estos veinte y pico de días pero por lo menos tenemos una idea. De sus cosas, de su gente, de sus vivencias.

Sólo hemos estado en el norte de Estados Unidos y en algunas ciudades del sur de Canadá. Todas importantes y ha sido muy lindo. La naturaleza ha sido generosa con estos países dotándoles de agua y de verde sin fin. No se podrán quejar de nada. Su gente, la de a pie, la que hemos contactado nosotros en nuestros días por ambos países es maravillosa. Como nosotros. Sin ninguna duda y sin ningún tipo de aprovechamiento. Es que la gente de a pie tiene eso que no tiene el “gentilicio” con que a veces despectivamente llamamos “yanqui” o norteamericano. Respeto, solidaridad, sencillez, desde la mucama de un hotel hasta el señor con maletín que se detiene cuando uno abre un mapa y muestra dificultad para encontrar la calle…
Eso es lo lindo de viajar…


Y de nuevo a casa que eso también es bueno, con nuestras costumbre, nuestras cosas, nuestras cosas jodidas, pero nuestras al fin. Y sin vergüenza.
Ya hicimos las valijas. En menos de una hora llegamos al aeropuerto. Con un taxi moderno, coloquial, centroamericano. Y que nos recuerda el momento de los agradecimientos.

En principio a Europamundo viajes por su  tour bien organizado y cumplido a la perfección. Da gusto. Incluso cuando hubo algún pequeño problema. Su gente, choferes, guías, contactos, impecables a los que tenemos que agradecer. Estefanía que nos acompañó durante la etapa de Nueva York a Canadá hasta dejarnos en Búffalo. Joven inteligente, rápida para resolver problemas. 
Tranquila para que cuando los hubo para  no llegaran a mayores. Gabriel, inteligente y caminador. Mucha información y oportuna. Nos hizo un acompañamiento desde Búffalo, Chicago, Washington hasta dejarnos en New York. Vale la pena un viaje asi cuando se está correctamente acompañados. Una hermosa y buena compañía han sido estas personas que circunstancialmente nos unió el mismo objetivo de viajar y que cada uno o cada una con su sensibilidad o su simpatía o su inteligencia fueron agregando matices a ese viaje. No puedo recordar los nombres de todos mis compañeros, pero a ellos nuestro cordial y sentido agradecimiento.

Otro agradecimiento especial a Confort Turismo de La Plata, a Carlos y su hermoso equipo de Alejandro, Paula y Noelia quienes nos coordinaron y organizaron este viaje. Profesionalidad que merece la estima y el agradecimiento de quienes utilizamos sus servicios. Y para seguir teniéndolos  en cuenta. Ya estamos pensando en otro viaje. A prepararse.


Y algo reciproco y mutuo para mi compañera de viaje y de vida como es Montserrat. Capaz de elegir destinos, imaginarlos y disfrutarlos y callarse la boca aún cuando la rodilla le explote de cansancio. Así fuimos recorriendo caminos, de la mano y disfrutando todos, desde los grandes paisajes, hasta las cosas más minuciosas. Y a tener la audacia de probar las comidas de cada lugar.

Muchos conocimientos, muchas enseñanzas. La perspectiva que se tiene de conocer otros países es única, ya sea desde el Museo mas importante, hasta de una callecita que no dice nada pero está llena de significados. Casi sería hermoso hacer un día mas de bitácora para narrar aquellas pequeñas cosas que han llamado la atención, te ponen los pelos de punta, te emocionan y se recuerdan para siempre, aún cuando no lo puedas contar.

Un agradecimiento extra para todos los lectores de la bitácora. Tanto los del face quienes han visto la síntesis como aquellos que se metieron en la lectura y disfrute de fotos en el blog. A todos ellos muchas gracias. Es probable que hubieran deseado conocer los sonidos de las canciones que escuchamos, el perfume de los lugares que recorrimos, el ruido de la gente que suele ser tan importante como su silencio. Estas cosas si no las he podido transmitir es que mi capacidad literaria no lo ha logrado. Pero lo hecho, es algo y lo ofrezco con generosidad.

Ya el avión, hace rato levantó vuelo. Y llegamos a la Argentina. Hemos los trámites de rigor y mientras nos dirigíamos a nuestro hogar, amanecía en La Plata.



Hasta la próxima.

12/02/2017

Bitácora de viaje. Día 19. New York

Ultimo día del viaje y la idea era caminar por la ciudad. Ubicados en el Midtown nos resultaba fácil movernos. La primera decisión fue retirar los tickets para el Moma y para un espectáculo en Broadway. 

Como nos habíamos encontrado con nuestra hija Muriel y su esposo (aunque cada cual anduviera por las suyas) habíamos programado encontrarnos a la noche para ver juntos CATS.
De modo que arrancamos con nuestra caminata desde el hotel hasta el Museum of Modern Art (Moma) sobre la calle 53 entre la 5º y la 6º Avenue. Hasta ahí caminamos en formato “mirando vidrieras” con paso lento y sin proponernos llegar agotándonos. Hicimos nuestra parada obligada en el Times Square y observar a la abigarrada multitud que se concentraba ya a las 9 de la mañana. 



Por supuesto, las luces multicolores que resaltan tanto por la noche, durante el día siguen llamando la atención haciéndote girar la cabeza y mirar hacia las alturas para descubrir detrás de ellas el cerrado techo azul de los rascacielos.





















El Moma te sorprende en cada sala por donde pasás. Lo clásico, arrancamos por el piso superior y “siempre hacia la derecha”, con lo que nunca te quedan rincones sin conocer. Decir que es un “santuario” del arte pareciera una barbaridad, sin embargo lo es. Basta caminar y dejarte asombrar, particularmente por aquellas obras de arte, pinturas y esculturas que siempre te gustaron porque miramos las imágenes y fotografías. En esta oportunidad, las vemos en su forma original, en  sus medidas, en su entorno, rodeados de gente sensible y admiradora del arte. El silencio forma parte del ambiente y en ese santuario, pareciera que es la forma de admiración y oración.


Picaso con las Señoritas de Avignon, aquella pintura que tuvo su origen en el barrio donde nació mi mujer en Barcelona, las pinturas de Chagall y Kandisky, Mondriani y Matisse, Asombro sin parar con muchos pintures y artistas desconocidos para nosotros pero con obras de belleza inigualable.

A veces la llamaba a Montserrat a ver lo que consideraba mis descubrimientos, a veces me llamaba ella y asi fuimos disfrutando la bajada de los seis pisos, los detalles y una buena jornada por el Museo. Cada tanto, algún banco para descansar y aprovechar para tomar algo de aire y seguir. Cuando salimos ya había pasado la hora del almuerzo. Seguimos con nuestra caminata. La idea era llegar al aStation Central pero no nos dio el tiempo. 
Cuando quisimos acordarnos debíamos salir para el teatro. Tomamos un Taxi y nos dirigimos para ver el musical  Cats en el Centro de Broadway. Nos encontramos con Muriel y disfrutamos el espectáculo.
 Dos horas maravillosas, llenas de música, colorido, canciones y una historia que si bien no comprendíamos por las palabras si lo hacíamos por la danza y la belleza transmitida. Salimos tarde canturreando Memory aquella canción que tantas veces hemos escuchado- Ya nos encontramos con el esposo de Muriel y los cuatro nos dirigimos a un pub Lillie´s a degustar unas cervezas.




Mar tarde, nos despedimos. Tomamos un taxi hasta nuestro hotel mientras ellos caminaban a su lugar con la idea de encontrarnos al día siguiente en el Aeropuerto para emprender el regreso.

12/01/2017

Bitácora de viaje. Día 17. Washington

Desde  temprano nos dirigimos al Centro para sentir el valor de una capital frenética de día. Ya a las 9 de la mañana el ritmo era infernal. Miles de autos confluyen hace el centro administrativo y los autos desaparecen como si se los tragara la tierra (eso es lo que sucede con los miles de lugares subterráneos para estacionamiento. Sobre los parques  y las calles circundantes al eje histórico sólo en los lugares de aparcamiento por minutos para los buses de turistas y grupos de funcionarios o manifestantes que pueden hacerlo con total libertad frente a la Casa Blanca.



El recorrido siempre comienza con los memoriales. Antes de ir al Museo de Lincoln pasamos por el memorial de Vietnan que resulta un tajo (una herida) en la tierra. Una guerra en la que el ciudadano de a pie no quería participar pero sus autoridades lo hicieron y obligaron a todos los jóvenes a anotarse en las files militares. 



Aparecieron movimientos pacifistas y aquel fuerte movimiento de Woodstock que marcó el comienzo del hippismo por un lado pero por otro, la firme voluntad de los jóvenes de no ir a la guerra.


Años antes ya estados Unidos se había embarcado en otra guerra que aún no ha terminado que es la Guerra de Corea. Aquella etapa terminó con el paralelo divisorio entre las del Sur y las del norte, pero como toda contienda que no termina en paz sigue silenciosa, con los dientes apretados y armándose militarmente por dentro, cosa que hicieron a lo largo de todos estos últimos años y lo están manifiestando ahora, comprometiendo nuevamente a USA a intervenir en otra guerra loca que podría ser la III mundial. No jodamos. Esto hay que pararlo desde ahora.
El Memorial de Corea con su frente de granito negro bruñido y su escenificación de los 28 solados saliendo del bosque llama poderosamente la atención. Lo mismo el memorial de Vietnam con todos los nombres de las víctimas escritas en las paredes con toda una hermenéutica para encontrar los familiares en el lugar y en el numero de línea indicado. Realmente, los artífices de estos monumentos son artistas increíbles.



Y lo hacen para el americano medio que no es politizado en cuanto a los partidos. Es mas bien patriótico, tradicionalista, cumplidor de la ley, amante de la verdad, casi un hombre de derecha, que inclina su voto a quien le ofrece garantías sobre sus tradicionales deseos. A partir de estas reflexiones uno entiende porqué ha ganado TRump con los votos democráticos de sus ciudadanos.



Antes de entrar en el Museo de Artes al que teníamos especial ganas de visitar pasamos por el Kennedy Center que es un verdadero centro de convenciones, suma de artes y varios módulos de teatros y escenarios para la vida cultural completa en la ciudad. Los espectáculos son múltiples y a lo largo de todo el año, siendo sus entradas en la mayoría de los casos distribuidas entre los grupos colaboradores y financiadores del centro.


Los ejes van desde el Monumento a Lincoln y la Casa blanca y el Obelisco con el palacio del congreso. Todo se ve muy enorme y es increíble lo que hemos caminado para ir desde un  lado hacia otro. La hora del almuerzo lo hicimos en la cafetería del Centro de Artes con un tentempié como para seguir caminando. Aunque ya las piernas comenzaban a  acusar el cansancio de todo el viaje. Hicimos una recorrida, llena de admiraciones por el Centro, atentos a las distintas colecciones de pinturas y esculturas. Hay mucho arte acumulado en Estados Unidos, tanto por las instituciones públicas como por los grandes centros y fundaciones multinacionales que han comprado todo lo que estuviera a su alcance en Europa.


Hacia el final, ya no pudimos cruzar el parque y hacer una visita al Museo del Aire porque ni nos daban los tiempos ni las piernas, de modo que despacito, esperamos el bus que nos llevara al puerto para hacer una pequeña navegación por el río Potomac. Cómodamente sentados en el barco disfrutamos de otra perspectiva de la ciudad. Bien acuática con mucho verde y recorriendo uno de los perfiles de la ciudad.



George Washington murió en 1799, en su casa, luego de haber ejercido en dos oportunidades la Presidencia de la nación, elegido casi por el
100% de los electores. Es declarado Padre de la Patria y se lo reconoce a través de muchas ciudades, innumerables calles, nombres de instituciones y por la bandera que cuelga no sólo en los edificios públicos sino en muchísimas casas particulares de la nación.

Una pasadita clásica por la casa Blanca y la vuelta al hotel marcó el fin de nuestra recorrida por el Distrito Capital de Estados Unidos.

Bitácora de viaje. Día 18. Hacia New York

Dejamos el Distrito Federal con el objetivo de llegar por la tardecita a New York, cerrando de este modo el objetivo de este increíble tour a lo largo de 6.500 Km por Estados Unidos y algunos días en Canadá. 






El itinerario a seguir era Lancaster, Filadelfia y finalmente NY. Por lo que una vez que nos alejamos de la Capital de USA comenzamos a disfrutar el verdor de los campos, los bosques durante una gran cantidad de kilómetrosKitchen Kettle Village, un pequeño poblado de menonitas y Amisch, muy parecidos a los que conocemos nosotros en nuestra región de Guatrache (menonitas). 







El paraje muy especial está armado para recorrer casi cuarenta tiendas de regalos, souvenir de todo tipo, artesanías y las confituras especiales de los Amisch, que se podían degustar en cada uno de los exhibidores que tenían. No los vimos, aunque si pudimos observar a un par de cocheros de carros, con sus overoles color azul y sus sombreros de paja.


. Nuestra primer parada fue en un pueblito de Lancaster, en





La parada fue interesante y muy vistosa en el recorrido por sus tiendas en un lugar ocupado por   tres o cuatro manzanas. Con mucha gente visitando el lugar.
Seguimos adelante por los campos norteños y llegamos a Filadelfia. Realmente con esta ciudad nos quedamos con las ganas. Por ser la última del itinerario, porque ya queríamos llegar a NY sólo estuvimos pocas horas que no dió tiempo a nada, ni siquiera para almorzar. De todos modos, es una ciudad muy bella, con sus rascacielos y principalmente por su gran historia que lleva en sí misma.


Junto al río Delaware fue fundada en 1683 y resultó la ciudad mas poblada de las trece colonias iniciales. Al momento de la fundación existían tribus de algonquinos con quienes los nuevos colonos negociaron su instalación. 
Intercambiando pieles y formado grupos de agricultores, Un bostoniano que se instaló en la ciudad, Benjamin Franklin fue uno de los más importantes impulsores de las ideas independentistas, creador de la biblioteca (Library Company of Philadelphia) y la Universidad de Pensilvania, Cuna de la independencia de los Estados Unidos, el grupo de los Hijos de la Libertad tendrá una influencia en todos los planteos por la independencia de las primeras colonias. 
Su símbolo más importante, asociado a esta gesta independentista será la Liberty Bell la campana de la libertad, no sólo por la independencia con respecto a la Gran Bretaña sino también por la abolición de la esclavitud. Vale la pena retener la inscripción que se encuentra en la campana: “ Proclame la libertad en todas las partes de toda la tierra, a todos los habitantes de ésta. Según orden de la Asamblea de la Provincia de Pensilvania ..”
 







Luego de un pequeño paseo por la clásica estatua de Rocky y subir las escalinas del Museo de Arte para tomar las mas bellas fotos de la ciudad.

La ciudad nos quedó atrás con muchas de nuestras ganas, pero ya la próxima parada era New York al atardecer y nos quedaban muchos kilómetros por delante.