7/30/2016

Bitácora de viaje – Día 13 – Londres

Luego del desayuno preparamos las maletas e hicimos el check out del hotel. Como el avión hacia Barcelona lo tomaríamos muy tarde, tendríamos varias horas para andar y por supuesto con una decisión: relajados. 

Nada de andar corriendo buscando las cosas que nos faltaban ver. Nos falta mucho. Es como para volver. Con esta conclusión sacamos los tickets de metro y bus para todo el día y nos  largamos. La primera parada a pocas cuadras de nuestro punto de partida (el Hyde Park) fue dirigirnos a Nothing Hill, descubrir el barrio, conocer el mercadillo del Portobello y tener una imagen de este barrio. Por supuesto que una vez llegados a NH tomamos la dirección contraria y en lugar del Portobello nos encontramos con la calle de los anticuarios y de los objetos raros. 

Todo cerrado aún pero aprovechamos para mirar sus vidrieras. Desde impresionantes juegos de porcelana hasta sillas con clavos (porque el “amor duele”), desde cuadros de mucho valor hasta pins de todo tipo nos acompañaron durante las varias cuadras. El barrio es hermoso, con apariencia de tranquilo y acogedor. Los vidrieras ofreciendo pisos en alquiler indican que es un barrio caro, muy probablemente después que Julia Roberts y Hugh Grant pasaran por allí.
Reconstruido nuestro itinerario llegamos al Portobello. 

Mas que un mercadillo parece un escenario de cine. Con sus calles angostas, empedradas y sus tiendas ofreciendo lo mismo en todos lados, hace de este pequeño punto un lugar pintoresco, agradable. De todos modos, no nos asombramos con un Uahhhhh! Grandote. Hicimos varias cuadras, tomamos fotografías, preguntamos precios, tocamos los objetos y nos fuimos. 

El sistema de bus y metro es muy eficiente. Desde la misma parada que es un punto de referencia e información importante: Te dice dónde estás, donde podes ir con el micro que para ahí, donde paran los micros en el barrio, desde donde y hacia donde van. Un lujito informativo. En el centro, esas mismas paradas tienen carteles electrónicos. Por supuesto, ningún grafiti y cero vandalismos. Siendo un recurso social se lo respeta y mucho.


El próximo punto fue Harrods. No sé porque fuimos. Por ahí, por algo de cholulismo o para conocer. De todos modos, te impresiona. Creo que si hay que hablar del capitalismo y del consumo global, es ahí el escenario adecuado. Una manzana  por varios pisos hace que los más de 100.000 metros cubiertos para la atención de un comercio sean algo imponente. Se origina allá por el 1830 como una casa de té y comida hasta transformarse en la actualidad en un monstruo de 5000 empleados con todas las marcas del mundo de todas las cosas. Marea. 


Desde porcelanas hasta relojes. Desde juguetes hasta perfumería. Desde libros hasta fiambres. No creo que el inglés medio compre allí. De todos modos existe.

Un rato después estábamos en la calle nuevamente. El barrio del Knighstbridge es muy hermoso y se encuentra situado al sur del Hyde Park y en pleno centro de Londres, a pocas cuadras de todo lo que hay para ver.

Ya era tarde. Decidimos tomarnos una merienda con frutas y jugos en un pícnica en el Hyde Park, ya como despedida. En un rato llegaría el transfer para llevarnos a Gatwick y hacer nuestro paso a Barcelona.


El tránsito del lunes fue infernal y llegar al aeropuerto una locura. Lo peor sucedió después. Con horario de salida a las 8,30 el vuelo no despegaba ni tenía información. Quedamos encerrados en la belleza de un aeropuerto pero encerrados. 

A eso de las 10 de la noche cerraron los cafés. Luego de varias horas de espera, el murmullo entre los pasajeros se hizo mayor y del murmullo se pasó a la protesta. Del área de la aerolínea denunciaron a uno de los cabecillas. Vino la policía y se lo llevó. Sin violencia pero sin respeto. “That is the Law” fueron las palabras y lo sacaron del aeropuerto. Esto da para pensar y es uno de los temas característicos del Londres actual. La ley existe y es fuerte y contra ella es difícil actuar.

Londres impresiona. Es moderno, una gran capital, el centro del capitalismo mundial. Todo el dinero está ahí. Los grandes capitales quieren vivir allí. Sin desmerecernos están muy adelantados. Mucho. En muchas cosas. Orden, arquitectura, ciencia, técnica. No nos hemos movido del espacio turístico por lo que desconocemos el  underground de los que no están tan bien y cómo este avance en “mucho” los afecta. No lo sé, aunque podemos imaginarlo. El tema lo dejo abierto.

El avión salió con 8 horas de demora. La demora nos multiplicó el cansancio, pero no incidió en nuestro humor ya que decidimos que era un problema más del viaje y no el más importante. Mañana la seguimos desde Barcelona.- 

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