Luego del desayuno preparamos las
maletas e hicimos el check out del hotel. Como el avión hacia Barcelona lo
tomaríamos muy tarde, tendríamos varias horas para andar y por supuesto con una
decisión: relajados.
Nada de andar corriendo buscando las cosas que nos
faltaban ver. Nos falta mucho. Es como para volver. Con esta conclusión sacamos
los tickets de metro y bus para todo el día y nos largamos. La primera parada a pocas cuadras de
nuestro punto de partida (el Hyde Park) fue dirigirnos a Nothing Hill,
descubrir el barrio, conocer el mercadillo del Portobello y tener una imagen de
este barrio. Por supuesto que una vez llegados a NH tomamos la dirección
contraria y en lugar del Portobello nos encontramos con la calle de los
anticuarios y de los objetos raros.
Todo cerrado aún pero aprovechamos para
mirar sus vidrieras. Desde impresionantes juegos de porcelana hasta sillas con
clavos (porque el “amor duele”), desde cuadros de mucho valor hasta pins de
todo tipo nos acompañaron durante las varias cuadras. El barrio es hermoso, con
apariencia de tranquilo y acogedor. Los vidrieras ofreciendo pisos en alquiler
indican que es un barrio caro, muy probablemente después que Julia Roberts y
Hugh Grant pasaran por allí.
Reconstruido nuestro itinerario
llegamos al Portobello.
Mas que un mercadillo parece un escenario de cine. Con
sus calles angostas, empedradas y sus tiendas ofreciendo lo mismo en todos
lados, hace de este pequeño punto un lugar pintoresco, agradable. De todos
modos, no nos asombramos con un Uahhhhh! Grandote. Hicimos varias cuadras,
tomamos fotografías, preguntamos precios, tocamos los objetos y nos fuimos.
El
sistema de bus y metro es muy eficiente. Desde la misma parada que es un punto
de referencia e información importante: Te dice dónde estás, donde podes ir con
el micro que para ahí, donde paran los micros en el barrio, desde donde y hacia
donde van. Un lujito informativo. En el centro, esas mismas paradas tienen
carteles electrónicos. Por supuesto, ningún grafiti y cero vandalismos. Siendo un
recurso social se lo respeta y mucho.
El próximo punto fue Harrods. No sé
porque fuimos. Por ahí, por algo de cholulismo o para conocer. De todos modos,
te impresiona. Creo que si hay que hablar del capitalismo y del consumo global,
es ahí el escenario adecuado. Una manzana por varios pisos hace que los más de 100.000
metros cubiertos para la atención de un comercio sean algo imponente. Se
origina allá por el 1830 como una casa de té y comida hasta transformarse en la
actualidad en un monstruo de 5000 empleados con todas las marcas del mundo de
todas las cosas. Marea.
Desde porcelanas hasta relojes. Desde juguetes hasta perfumería. Desde libros hasta fiambres. No creo que el inglés medio compre allí. De todos modos
existe.
Un rato después estábamos en la calle
nuevamente. El barrio del Knighstbridge es muy hermoso y se encuentra situado
al sur del Hyde Park y en pleno centro de Londres, a pocas cuadras de todo lo
que hay para ver.
Ya era tarde. Decidimos tomarnos una
merienda con frutas y jugos en un pícnica en el Hyde Park, ya como despedida.
En un rato llegaría el transfer para llevarnos a Gatwick y hacer nuestro paso a
Barcelona.
El tránsito del lunes fue infernal y
llegar al aeropuerto una locura. Lo peor sucedió después. Con horario de salida
a las 8,30 el vuelo no despegaba ni tenía información. Quedamos encerrados en
la belleza de un aeropuerto pero encerrados.
A eso de las 10 de la noche cerraron
los cafés. Luego de varias horas de espera, el murmullo entre los pasajeros se
hizo mayor y del murmullo se pasó a la protesta. Del área de la aerolínea
denunciaron a uno de los cabecillas. Vino la policía y se lo llevó. Sin
violencia pero sin respeto. “That is the
Law” fueron las palabras y lo sacaron del aeropuerto. Esto da para pensar y
es uno de los temas característicos del Londres actual. La ley existe y es
fuerte y contra ella es difícil actuar.
Londres impresiona. Es moderno, una
gran capital, el centro del capitalismo mundial. Todo el dinero está ahí. Los
grandes capitales quieren vivir allí. Sin desmerecernos están muy adelantados.
Mucho. En muchas cosas. Orden, arquitectura, ciencia, técnica. No nos hemos
movido del espacio turístico por lo que desconocemos el underground de los que no están tan bien y
cómo este avance en “mucho” los afecta. No lo sé, aunque podemos imaginarlo. El
tema lo dejo abierto.
El avión salió con 8 horas de demora.
La demora nos multiplicó el cansancio, pero no incidió en nuestro humor ya que
decidimos que era un problema más del viaje y no el más importante. Mañana la
seguimos desde Barcelona.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario