5/30/2017

Bitácora de viaje. Cartagena. Día 5. Isla del Encanto

No es lo mismo. La playa frente al hotel, cruzando la avenida está buena. Pero resulta mejor la ilusión de pasarse un día en la playa de una isla. Por eso elegimos conocer alguna de  las Islas del Rosario. Estas son un pequeño archipiélago de una treintena de islas pequeñas que se extienden más allá de la península de Barú.
Nuestra elección fue la Isla del Encanto para lo que había que tomar una lancha rápida que parte de la bahía de Cartagena y en una hora recorre por mar abierto la distancia hasta la isla.


Lo que nos permitió conocer una vista de Cartagena desde la propia bahía y la salida de la misma a través de Bocachica, a cuyas márgenes se encuentran dos antiguas fortificaciones, utilizadas para la defensa de la ciudad con fuego cruzado sobre los barcos enemigos que intentaban ingresar a la misma.









El viaje de una hora nos dejó sobre la isla del Encanto. Una bella y lujuriosa vegetación . Los dueños del parador brindan todo tipo de comodidades, desde el uso de playa, piscinas, comedores y sombra para aliviar los 30 grados de calor que persistentemente nos acompañaban.


Ante la invitación de visitar el acuario, asentimos y volvimos a subir a nuestra lancha (unas 40 personas) para dirigirnos al Parque Natural de las islas corales. Para ello nos dirigimos a otra isla (quince minutos) llamada San Martin y nos encontramos con el Acuario San Martín de Pajarales. El acuario es marino y a través de una serie de pasarelas pudimos admirar y conocer las distintas especies marinas que habitan en el lugar, acompañados por un guía isleño que nos hizo disfrutar no sólo sus conocimientos sino las distintas piruetas que hacían sus queridos peces. 



Nos asombramos cuando manejó a los tiburones como si fueran delfines, a lo cual ya estamos acostumbrados. No obstante, vimos tanto la presentación de los tiburones como la de los delfines en un hábitat natural.
Mas allá de los citados pudimos ver una variedad de familias de peces y de distintos tamaños, asi como tortugas, yacarés y las aves marinas que los acompañan.



Terminada la presentación volvimos a nuestra lanza y a la isla del encanto para el almuerzo porque ya era una hora justa para ello. Nos sirvieron una variedad de entradas y de pescados con salsas de mariscos, aunque también había pollo y carne (paso) y algunas pastas. De postre la variedad de frutas desconocidas para nosotros como el mango, la papaya, tamarindo y nísperos, como también algunas conocidas como las bananas, peras, piñas y otras mas.



La tarde fue de pileta y playa hasta la hora de volver. Otra vez a la lancha y a disfrutar del vento fresco que te daba a la cara (no tanto por la temperatura sino por la velocidad) y observar nuevamente  a esta Cartagena Mágica desde su bahía en la que navegaron los coloniales españoles y los piratas ingleses así como los viejos bucaneros buscando riquezas, detrás del sueño del oro y las esmeraldas. El viejo galeón que se encuentra en el puerto nos hace recordar a Jonny Depp y Geofrrey Rush y sus piratas de La Perla Negra.



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