Nuestra primera preocupación era la lluvia. Parecía que no estaba.
De todos modos, a nuestra mochila le agregamos el paraguas. Como amuleto para
alejarla. La primera visita fue a la Universidad Nacional de Moscú. Pasar por
las avenidas fue un trámite ya que habíamos comenzado a reconocerlas, asi como
también a sus edificios y urbanizaciones, también a sus plazas. Las siete
hermanas son siete rascacielos realizados en el período soviético por Stalin,
construidos entre 1940 y 1950.. Para mostrar capacidad, fuerza, identidad,
utilizando un estilo muy barroco y también un clasicismo ruso. Se hablaba de 8
edificios. La altura muy parecida a los de New York Preguntando me enteré que
el octavo se hizo fuera de Moscú, en Polonia y que no fue del gusto de los
polacos y por eso se habla poco. Varios edificios son ministerios y alguno de
departamento y oficinas y un hotel.
La universidad Estatal Lomonosov se encuentra sobre una colina. Fundada en el S. XVIII tomo durante el período soviético el nombre de su fundador. Y tiene una de las siete hermanas. Con 39 facultades y una veintena de centros de investigación resulta el centro intelectual y de investigación mas importante de Paris. El campus es grande y sobre uno de los laterales se encuentra un mirador por el que puede verse toda la ciudad de Moscú. Su ingreso es libre y también gratuito con determinadas condiciones de puntaje.
Cerca de la universidad en una de las avenidas
mas imponentes se encuentra la Plaza de las Victorias y a la vuelta el Museo de
la Gran guerra Patria con el que Rusia celebra el triunfo sobre el Nazismo. Es
un gran memorial que conmemora los sacrificios de los pueblos de la URSS para
vencer al ejército alemán de Hitler. El obelisco a la entrada del museo de
141,8 metros de altura representa los 1418 días que duró la guerra. La diosa
griega de la victoria (Niké) está sobre el obelisco en tanto la figura de San
Jorge, venciendo al dragón, lo hace a sus pies. Ambos símbolos de la victoria.
La presentación del museo es
muy moderna con salas donde mezclan la tercera dimensión y las pinturas de
fondo generando escenarios sumamente realistas, asi como también en la zona
superior donde se proyecta sobre sus paredes un maping resulta de gran
identificación para los visitantes, por lo general, los propios pobladores
rusos. Al igual que los memoriales de Estados Unidos, siempre se olvidan que
las guerras no las ganaron solos y que tampoco son tan inocentes como para no
crearlas y ser responsables de las mismas, del delor sobre los sobrevivientes y sus familias, ya que los
muertos se contaron por millones. No por ello deja de ser un testimonio
realista sobre “los males” de las guerras.
Por lo menos, son las conclusiones
que sacamos los visitantes “pacíficos y
pacifistas”. Hoy en día el museo cuenta con un sistema
desarrollado de varios proyectos expositivos - artísticos y temáticos,
permanentes y temporales, nacionales y extranjeros. También en el museo hay una
exposición de armas, equipo militar y de ingeniería civil (armas de la
victoria, trofeos, elementos relativos a ferrovías y carreteras militares,
artillería, armas diversas, así como muestras relacionadas con la fuerza aérea
y marina de guerra). En el museo hay exposiciones únicas. Entre ellas se
cuentan la aeronave U-2 y el mejor
tanque de la Segunda Guerra Mundial, el T-34.
Por la tarde nos
dimos el gusto de conocer el “Circo de Moscú” en su propio espacio, totalmente
modernizado con capacidad para 3400 personas. Realizado en la época de Breshnev
.Queda el viejo circo en otro lugar donde se lo utiliza como escuela de artes circenses.
El espectáculo fue interesante, incluye animales y mostraron la belleza y el
equilibrio de los artistas en los diferentes números que exhibieron. El circo
es un gran estadio, sumamente moderno, con todas las novedades audiovisuales, resultando un show
verdaderamente simpático y alegre.
Finalizada la
función de circo fuimos a caminar por la calle Arbat, una verdadera peatonat de
casi un kilómetro de largo, donde existen muchas tiendas de artesanos y souvenir, cafés y mucha gente
paseando con tranquilidad. Ha existido asi como calle comercial desde el S. XV
y se mantiene con los cambios y novedades del siglo XXI. Siempre se caracterizó
por ser el lugar de vivienda de artistas, gente de la pequeña nobleza
sobreviviente y también funcionarios de alto rango. Para los turistas es un
paseo tranquilo, agradable y preparado para comprar los últimos regalos que
faltan antes de volver a sus propios países.
Y así se fue
terminando nuestra estadía por Moscú. Nuestra llegada al hotel fue para
preparar nuestra retirada. La despedida con los compañeros de viaje, con
quienes pudimos construir emociones y amistades. Al día siguiente cada uno
viajaría en distintos horarios para distintos vuelos que los lleve de vuelta a
casa. Con mario y Myriam tuvimos la suerte de cenar juntos y despedirnos con un
buen brindis para encontrarnos en otros lugares de Argentina o del mundo. Todo
puede ser. Por la mañana viajaríamos temprano a Barcelona vía Helsinski con lo
que tendríamos varias horas de vuelo y esperas. Por eso, unas buenas pizzas
acompañadas de un buen vino blanco hizo no solo las delicias de la cena sino
también de la amistad.
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