10/29/2011

Día 13.- Lisboa.

Lisboa
La ciudad se presenta como capital de la cultura. Sus barrios permiten detectarlo. Camoens y Vazco da Gama, junto con Fernando Pessoa descansan en el Monasterio de los Jerónimos.  Los dos primeros en el templo, Pessoa en el claustro. Esta joya de verdadero estilo manuelino fue construido a partir de 1501 y en su desarrollo evolucionan los estilos gótico, renacentista y neoclásico. El encargo del Rey Manuel I dará origen a todo el estilo manuelino que encontraremos en distintos lugares, nomumentos y arquitectura en Portugal.
Los motivos ornamentales que caracterizan este estilo son de una riqueza impresionante y, al contrario de lo que se suele decir, no es caracterizada sólo por los motivos marítimos, inspirados en la Era de los Descubrimientos, sino también por un conjunto de símbolos de orden diversa donde, eventualmente, se encuentran elementos de tipo marinero. La idea de que los motivos ornamentales se conectaban al mar se debe a Edgar Quinet, en 1857, y se hizo un lugar común.
En lo que concierne a la arquitectura propiamente dicha, el estilo Manuelino no enmascara la estructura de los edificios al mantenerlos libres de ornamentación innecesaria: las paredes exteriores e interiores son generalmente desnudas, concentrándose la decoración en determinados elementos estructurales, como ventanas, portadas, arcos de triunfo, techos, bóvedas, pilares y columnas, arcos, nervaduras, rizos, cornisas, óculos y contrafuertes, además de túmulos, fuentes, crucero, etc. A pesar de ser esencialmente ornamental, el Manuelino se caracteriza también por la aplicación de determinadas fórmulas técnicas en alturas, como las bóvedas polinervadas a partir de ménsulas.


La torre de Belem











Sintra
Recorrimos las hermosas playas de Estoril y de Cascais hasta llegar a Sintra donde quisimos conocer el Palacio Nacional. Aparece mencionado por primera vez por Al Bacr y fue construido para residencia de los alcaldes moros de Lisboa hasta que se rinden sin resistencia y pasa a ser propiedad del reino portugués. No está sobre la cima de la sierra, donde se encuentra el castillo eminentemente defensivo, sino en las sinuosas curvas del terreno para que el sol, el verde y el agua penetren por sus ventanales, iluminando los amplios salones de los cisnes, de los infantes, de los arqueros, de las urracas, de los huéspedes. Cada uno de ellos tiene su lectura especial y su connotación histórica, hasta la capilla que por donde se la mire se encuentra debajo de ella la presencia de una mezquita, como también el patio de la misma donde se hacían las abluciones previas a la oración.
La cocina con sus monumentales chimenes cónicas marcan el perfil adecuado de Sintra como un sello inconfundible para las miradas de la humanidad, del cual este monumento es su Patrimonio Mundial.







No hay comentarios:

Publicar un comentario