Siempre me pregunté y en estos días con mucha insistencia
sobre lo que significa el modo de ser del “alemán
medio”. Que es el que veíamos a lo ancho y a lo largo de nuestro viaje.
Ordenado, cumplidor, sabe que es lo que debe hacer y lo hace. Y esa conducta debe
tener un origen ancestral. Y me pongo a pensar en esa Alemania histórica que
constantemente ha debido reconstruirse y ponerse de pie. Sus gobiernos y su
gente, pese a las divisiones históricas, a las peleas de los poderes,
monárquicos, religiosos (sean católicos o protestantes). Nuestra comunidad Volguense
–creo que - también heredó algo de esos genes cuando partieron desde el
1763 hacia Rusia primero, y cien años
después hacia América y concretamente a establecerse en Argentina. Oportunamente, en un ensayo que hice,
encuesté los valores de la comunidad, sobresaliendo el esfuerzo, el trabajo, la
capacidad de creer y de confiar.
La organización de la sociedad alemana parece simple y a bajo
costo. Es económico controlarla a partir de saber que cada cual sabe lo que
tiene que hacer. Y se nota en la vida de la ciudad, en el contacto comercial,
en el contacto con la gente en el metro. Pareciera que todos cumplen. Se me
viene el deseo de comparar con Argentina, pero lo desecho rápidamente. Son dos
sociedades diferentes….
El segundo día comenzó con una visita más profunda a la
ciudad. Mirando sus barrios importantes, sus realizaciones, la modernidad de la
nueva edificación de Berlín. Mi amigo arquitecto, Milo, siempre me decía que
Berlín en un siglo se reconstruyó tres veces. Contando los pocos años del XXI
creo que se está reconstruyendo por cuarta vez. Aunque también creo que hay
construcción porque hay intención del estado de que el empleo no se detenga.
“No habrá trabajo para los desocupados” dijo Merkel. Esa crisis que se expresa
en otros países, también llega a Alemania, aunque débil, casi transparente.
Pero es visible. Por lo menos, en el miedo que muchos expresan.
Y en este segundo día hay dos temas que replican
constantemente: el Muro y el Holocausto. Que el muro existió no cabe la menor
duda, aún cuando el muro se cae y permite fusionarse a las dos Alemanias ,
iniciándose una transformación unívoca. Hoy no alcanzamos a ver las
diferencias. La vida en el Este se había hecho insoportable, no sólo por una
presencia comunista stalinista, sino porque la economía cerrada y excluyente
había llegado a su fin. El muro se cae por diversas circunstancias, presión sobre Rusia, desde la propia Rusia: apertura (perestroika).
Pero también por una imparable fuerza de unidad (primero familiar, luego
social) que hizo que los límites cedieran. En los últimos tiempos, el muro no
separaba. Al contrario, unía y así cayó (9 de noviembre del 89).
El tema del Holocausto es un tema anterior. Fue y sigue
siendo duro porque fue un hecho progresivo. Hitler primero presionó a la
oposición política (campos de concentración y trabajos forzados). Luego vino el
proyecto de limpieza étnica y el holocausto. La infinidad de cruces de piedra
junto al Reichtag muestran en estado permanente la necesidad de no olvidar y,
caminando unos metros más, se encuentra el memorial del Holocausto, imponente,
duro como las rocas que lo componen, haciendo un profundo homenaje a los
6.000.000 de judíos desaparecidos. ¿Tendrá que ver con el Cementerio Judío de
Praga?¿Con su apilación de tumbas? Podría ser…
Momentos antes
habíamos pasado por el Museo Judío. También el tema del holocausto: dos
caminos, dos destinos, dos ejes. El de la inmigración o el de la extinción.
Fueron dos momentos en la historia de Alemania y de la comunidad judía. Por eso
se recuerda.
Ambas cosas las pudimos observar prácticamente en una mirada
paralela donde, en la parte superior se conserva el muro y en la parte
inferior, se ven murales con la ultima parte de la historia nazi. Metros más
adelante nos encontramos con el clásico “Check
point Charlie”, tal vez el más famoso de los pasos fronterizos por donde
debía circular la gente entre el este y el oeste. Enfrentamientos, huidas
espectaculares y dramáticas se produjeron en ese sector del Viertel Mitte (barrio Mitte).
Actualmente es una atracción de dudoso gusto donde aparece la representación
del retén de guardia y un par de disfrazados soldados yanquis cobrando por
sacarse farsescas fotografías. Mas partes del muro de Berlín veríamos a la
salida de la ciudad donde están los clásicos murales, donde aparecen entre
otros, el fraternal beso de Breznev con Honecker (Bethaniendamm).
No dejamos de ver el Museo de Pérgamo. Una maravilla de
presentación mediática de los monumentos y testimonios de la antigüedad.
Realmente increíbles. Grandioso. Se traen las obras de arte y luego se
construye el edificio para albergarlas. Muchas atracciones que te movilizan al
asombro: la Puerta de Ihstar de Babilonia, la puerta del mercado de Mileto, los
muros de Aleppo y las copias de la escritura cuneiforme de Hamurabi. Abrir y
cerrar los ojos para saber si uno está soñando frente a tanta belleza y frente
a tanta historia en el presente.
Llegamos agotados al hotel y con las ganas de haber entrado
en el Neues Museum (de Egipto) pero lo postergamos para mañana. Felices sueños!
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