7/11/2013

Bitacora 2013. Día 10. Berlín


Siempre me pregunté y en estos días con mucha insistencia sobre lo que significa el modo de ser del “alemán medio”. Que es el que veíamos a lo ancho y a lo largo de nuestro viaje. Ordenado, cumplidor, sabe que es lo que debe hacer y lo hace. Y esa conducta debe tener un origen ancestral. Y me pongo a pensar en esa Alemania histórica que constantemente ha debido reconstruirse y ponerse de pie. Sus gobiernos y su gente, pese a las divisiones históricas, a las peleas de los poderes, monárquicos, religiosos (sean católicos o protestantes). Nuestra comunidad Volguense –creo que - también heredó algo de esos genes cuando partieron desde el 1763  hacia Rusia primero, y cien años después hacia América y concretamente a establecerse en Argentina.  Oportunamente, en un ensayo que hice, encuesté los valores de la comunidad, sobresaliendo el esfuerzo, el trabajo, la capacidad de creer y de confiar.


La organización de la sociedad alemana parece simple y a bajo costo. Es económico controlarla a partir de saber que cada cual sabe lo que tiene que hacer. Y se nota en la vida de la ciudad, en el contacto comercial, en el contacto con la gente en el metro. Pareciera que todos cumplen. Se me viene el deseo de comparar con Argentina, pero lo desecho rápidamente. Son dos sociedades diferentes….
El segundo día comenzó con una visita más profunda a la ciudad. Mirando sus barrios importantes, sus realizaciones, la modernidad de la nueva edificación de Berlín. Mi amigo arquitecto, Milo, siempre me decía que Berlín en un siglo se reconstruyó tres veces. Contando los pocos años del XXI creo que se está reconstruyendo por cuarta vez. Aunque también creo que hay construcción porque hay intención del estado de que el empleo no se detenga. “No habrá trabajo para los desocupados” dijo Merkel. Esa crisis que se expresa en otros países, también llega a Alemania, aunque débil, casi transparente. Pero es visible. Por lo menos, en el miedo que muchos expresan.
Y en este segundo día hay dos temas que replican constantemente: el Muro y el Holocausto. Que el muro existió no cabe la menor duda, aún cuando el muro se cae y permite fusionarse a las dos Alemanias , iniciándose una transformación unívoca. Hoy no alcanzamos a ver las diferencias. La vida en el Este se había hecho insoportable, no sólo por una presencia comunista stalinista, sino porque la economía cerrada y excluyente había llegado a su fin. El muro se cae por  diversas circunstancias, presión sobre Rusia,  desde la propia Rusia: apertura (perestroika). Pero también por una imparable fuerza de unidad (primero familiar, luego social) que hizo que los límites cedieran. En los últimos tiempos, el muro no separaba. Al contrario, unía y así cayó (9 de noviembre del 89).





El tema del Holocausto es un tema anterior. Fue y sigue siendo duro porque fue un hecho progresivo. Hitler primero presionó a la oposición política (campos de concentración y trabajos forzados). Luego vino el proyecto de limpieza étnica y el holocausto. La infinidad de cruces de piedra junto al Reichtag muestran en estado permanente la necesidad de no olvidar y, caminando unos metros más, se encuentra el memorial del Holocausto, imponente, duro como las rocas que lo componen, haciendo un profundo homenaje a los 6.000.000 de judíos desaparecidos. ¿Tendrá que ver con el Cementerio Judío de Praga?¿Con su apilación de tumbas? Podría ser…




 Momentos antes habíamos pasado por el Museo Judío. También el tema del holocausto: dos caminos, dos destinos, dos ejes. El de la inmigración o el de la extinción. Fueron dos momentos en la historia de Alemania y de la comunidad judía. Por eso se recuerda.
Ambas cosas las pudimos observar prácticamente en una mirada paralela donde, en la parte superior se conserva el muro y en la parte inferior, se ven murales con la ultima parte de la historia nazi. Metros más adelante nos encontramos con el clásico “Check point Charlie”, tal vez el más famoso de los pasos fronterizos por donde debía circular la gente entre el este y el oeste. Enfrentamientos, huidas espectaculares y dramáticas se produjeron en ese sector del Viertel Mitte (barrio Mitte). Actualmente es una atracción de dudoso gusto donde aparece la representación del retén de guardia y un par de disfrazados soldados yanquis cobrando por sacarse farsescas fotografías. Mas partes del muro de Berlín veríamos a la salida de la ciudad donde están los clásicos murales, donde aparecen entre otros, el fraternal beso de Breznev con Honecker (Bethaniendamm).





No dejamos de ver el Museo de Pérgamo. Una maravilla de presentación mediática de los monumentos y testimonios de la antigüedad. Realmente increíbles. Grandioso. Se traen las obras de arte y luego se construye el edificio para albergarlas. Muchas atracciones que te movilizan al asombro: la Puerta de Ihstar de Babilonia, la puerta del mercado de Mileto, los muros de Aleppo y las copias de la escritura cuneiforme de Hamurabi. Abrir y cerrar los ojos para saber si uno está soñando frente a tanta belleza y frente a tanta historia en el presente.






Llegamos agotados al hotel y con las ganas de haber entrado en el Neues Museum (de Egipto) pero lo postergamos para mañana. Felices sueños!

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