Llegarse hasta Postdam, unos 40 Km de Berlín, tiene que ver
con dos momentos de la historia prusiana, con centro justamente en Berlín. El
desarrollo de la monarquía prusiana pone a esta ciudad, casi desaparecida en la
segunda mitad del siglo XVII, en un primer plano, al ser elegida como
residencia de caza del Rey Federico Guillermo I, uno de los electores del
imperio. Pero es Federico el Grande (ufa, tantos reyes difíciles de ordenar y
de acordarse), quien comienza a darle gloria y glamour al construir los
palacios de las residencias reales.
Uno de ellos es el “Sans souci”. Un
verdadero y acertado nombre (“sin preocupaciones”) para vivir en ellos y
disfrutarlos. Nosotros los vemos, admiramos su belleza constructiva, la de sus
jardines, las grandes pinacotecas que albergan (eran mucho mayores tiempo
atrás, pero gran parte ha desaparecido). Imaginamos como vivían. Cómo pudieron
hacer todo aquello? Trabajo esclavo no había. Servilismo tampoco, ya que eran
reyes ilustrados. Entonces, cómo era posible tanta belleza, tanta riqueza con
pueblos alrededor esclarecidos. No habrá visto en estas cosas, el joven Marx
para comenzar a interpretar lo que significaba el trabajo excedentes de los
otros, por no decir, de los que estaban abajo? Algo así como plusvalía, creo.
Bueno. Más o menos es lo que se puede observar en toda esta belleza. No me toca
a mi interpretarlo, pero no creo en la generosidad de la nobleza ni en el
derramamiento del confort del liberalismo. Vale la pena preguntarse también qué
fue de la gente que dejó el lomo (desde el porteador de piedras hasta los
artistas de fuste, que de hecho existieron. Las reflexiones de un viaje
siempre deben resistir algunas
cuestiones de la asimetría porque siempre observamos los testimonios y los
monumentos de los que ganaron la historia. De los otros….Sólo dudas e
interrogantes y por ahí, algún silencioso lamento.
La segunda parte de la visita a Postdam quedó anulada.
Pensábamos visitar aquellos interesantes lugares de la historia de 1945 donde
se celebró la Conferencia de Postdam entre los líderes ganadores de la II
guerra: Churchill, Trumann y Stalin. Creo que lo poco que se trataba de
conseguir para estructurar la post guerra de Alemania fue terminar por
dividirla a partir de Berlín en 4 sectores. Y se acabaron los acuerdos…! Y
también dividir Alemania y soñar con un nuevo mundo de los poderosos. Nace aquí
una ONU con veto, y paulatinamente aparecerán los dos grandes jugadores de la
historia de la guerra fría. El puente sobre el río Havel, testimonio en muchas
películas de los intercambios de espías, no fue otra cosa que la ratificación
de la famosa línea que dividía el este del oeste en Berlín y Alemania. Toda
esta historia era previa a mi visita. La conocía pero no pudimos llegar a los
edificios por que estaban en “restauración”.
Volvimos a Berlín. Rápidamente nos fuimos hasta el Neues
Museum. La oferta atractiva era ver a Nefertiti. Realmente, un minón. Del año
1300 antes de Cristo. Pero una belleza. Esposa de Akenaton. El maestro que
dibujó, esculpió y pintó ese busto, lo hizo con una gran calidad majestuosa.
Les diré que me impresionó mucho más que la Mona Lisa (sin despreciar, digo).
Las facciones del rostro, su serenidad, al igual que su mirada. Hay fascinación
en la obra.
El Neues Museum o Museo de Egipto se encuentra en la isla de
los Museos, en el centro de Berlín. Muchas colecciones históricas y
prehistóricas. El edificio también es una belleza y corresponde a las
restauraciones que se hicieron luego de la guerra. No es fácil en la zona
construir ya que se encuentra el río y la humedad es grande. Hoy se ven grandes
cañerías que transportan el agua que se extrae de los terrenos a construir. No
sé donde la envían. Seguramente al mismo río pero más abajo.
Despues decidimos caminar hasta la Puerta de Brandeburgo y
pasear un rato. Lo hicimos también por el Memorial del Holocausto y, luego, volver a un kiosquito perdido, donde habíamos
visto unos hermosos títeres para regalar a nuestros nietos. Conseguido el
propósito y silbando bajito caminamos nuevamente por la Avenida Unter den Linden hasta el Alexanderplatz donde se encontraba
nuestro hotel.
No puedo cerrar la bitácora de Berlín sin citar los Bikebier verdaderas atracciones que unen
el deseo de conocer la ciudad en bicicleta pero tomando Bier sin parar. Es como si fuera un bar donde hay como diez tipos
tomando cerveza en la barra pero sus piernas deben pedalear de lo lindo. Algún
mecanismo raro llevará la fuerza del pedaleo hacia adelante. Si quieren pasear,
tomar cerveza, cantar y reírse es una buena forma. Si no, tomar las Biketaxi,
para dos personas con chofer y guía a la vez. El chofer también pedales. Pero
si alguien quiere pasear con “aires imperiales” lo mejor es alquilar un
carruaje con chofer y pasear recostado. No recuerdo si les prestan galeras a
los turistas. Tampoco si el palafrenero guía lo hace en español.
Una imágen final para nuestra despedida de Berlín. Una es la exposición callejera sobre los artistas e intelectuales alemanes que, previamente a la finalización de la segunda guerra, fueron las voces que anticiparon la debácle del nazismo y como el pueblo alemán iba a ser arrastrado.
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