7/17/2013

Bitacora 2013. Día 16. München (Munich)


Camino a Múnich me llamaron la atención (y también lo vi en otras ciudades a lo largo del camino) las “casitas de campo”. En realidad son pequeñas parcelas de no más de 100-150 metros cuadrados, donde – previo alquiler barato al estado – los germanos se dedican a las cosas que les gustaría hacer en tiempo libre y en sus departamentos no lo pueden hacer. Pequeñas quintas, totalmente cultivadas con flores, hortalizas, frutales y una pequeña casa que no exceda los 10 metros cuadrados para guardar las herramientas. Como condición del mantenimiento del alquiler figura que estén trabajadas permanentemente, limpias y no se puede vivir en ellas durante la noche. Se las descubre junto a las carreteras, en muchas zonas de terrenos libres y muy juntas unas a otras. Una forma “ecológica” de utilizar el tiempo libre y la producción hecha por las propias manos… No es nuevo esto. Ya desde antes de la guerra se hacía y muchos aprovecharon para vivir escondidos en esos lugares  durante la misma.


München. Múnich. La ciudad de la cerveza. Y algo más… para no ser tan mezquinos.  En primer lugar, su río: El Isar, que nace en los alpes austríacos y luego de pasar por la ciudad y a lo largo de casi 300 km desemboca en el Danubio. Temprano iniciamos nuestra recorrida por esta ciudad. Cuando se escucha su nombre de boca de los locales pareciera que dicen Mínga. Por no tener una idea cabal volvimos a asombrarnos con una gran ciudad. Es la tercera de Alemania, luego de Berlín y Hamburgo. Grandes sectores productivos e industriales tienen instaladas sus fábricas en la región. WMW, VW, Mercedes Benz como representantes de la industria automovilística. Siemens, Alliance entre otras.  El gobierno local fomenta el desarrollo de la industria de alta tecnología y proyectos de investigación en los ámbitos de la biología, las tecnologías de la información y aeroespacio .Grandes estadios: el olímpico  (lugar de la matanza de los atletas judíos en 1972)y el Arena donde se consagró hace poco el Bayern Munich.




Si bien no fue muy dañada durante la segunda guerra mundial tiene también su parte importante en la historia de la vida nazi. En 1923 en el pub Bürgerbräukeller Hitler lanza sus primeras consignas para la recuperación de Alemania luego de las duras imposiciones impuestas tras su derrota de la primera guerra por el Tratado de Versalles. No estuvimos en esa cervecería. En otra cercana, también muy antigua: la Hofbräu keller, la clásica H B de la ciudad. Mucho entusiasmo, mucha gente, mucha cerveza y, esta vez, acompañadas con Würzburger (salchichas) y sauerkraut. Lógicamente, tomamos la cerveza legítima, entre roja y negra y en un porrón de un litro. ¡Pudimos con ella! ¡Exquisita! Al igual que las salchichas.


Horas antes habíamos visto dos cosas muy dispares entre si, pero monumentales ambas. El Museo de la BMW. Un edificio de cuatro cilindros que llama poderosamente la atención. Al momento en que fue construido resultaba absolutamente futurista. Ingresamos a lo que es ahora el museo y sala de ventas de los automóviles. Podes llevarlo en el momento. Probamos autos y motos, preguntamos precios, nos hicimos los interesantes (o interesados?) y nos fuimos. Con varias fotografías glamorosas…. Incluida la de la moto alquilada para pasar a Salzburgo. ¡Qué susto que se agarró mi familia! No pudimos viajar porque no conseguimos casco!






Las otras cosas monumentales son los palacios en los alrededores. Munich no escapa a la historia de reyes, casamientos y sucesiones. Y por supuesto, castillos y palacios y mucha riqueza y…..ya no queríamos saber más nada de reyes y princesas. Me acordaba de aquello de María Elena Walsh: “Los castillos se quedaron solos, sin princesas ni caballeros, solos a la orilla de un ríos, vestidos de musgo y silencio.” De todos modos, nos guste o no, esas cosas existieron y forman parte de la historia profunda de la ciudad. Mucho tiene que ver Von Bismarck a partir del S. XIX para hacer de Alemania una verdadera nación. Hasta ese momento era la suma de principados y reinos federados en el Sacro Imperio romano germánico, primero y luego , a partir de la guerra franco prusiana, ya con todo el territorio integrado a través d elos ferrocarriles se produce la aparición  del Deutsches Reich, como imperio y después de la primera guerra, como república.




De modo que seguimos con la ciudad real. Nos acercamos al centro y estaban de fiesta. De mucha fiesta. Un pequeño october fest con música, cerveza y toda la gente en die Marienplatz (es la columna de María que está en el centro de la plaza y le da el nombre a la misma) del Neus Rathaus. Un edificio neogótico realizado en el S. XIX. Tiene una cuadra de ancho y casi 100 metros de altura. Si no se es detallista escucharías frases como ésta: “qué bonita la catedral”. Pero no es la catedral. Ella está a la vuelta y es muy hermosa. Con sus dos torres de cebolla. Es la Catedral de Nuestra Señora o Frauenkirche. De estilo gótico tiene sus dos torres características que permiten ser vistas desde cualquier punto de la ciudad. Se las recubrió de verde al mejor estilo italiano renacentista. Como quedaron bien, nadie se animó a discutir y asi quedaron y así las hemos visto en estos días. Magníficas y relucientes, mientras bajo ellas, el pueblo de Múnich disfrutaba su fiesta de aniversario ( Stadtgründungsfest). Y lo festeja con una cantidad de espectáculos, reuniones, conciertos en distintos puntos de la ciudad. Música bávara, bailes, mucha alegría y cada tanto alguna escandalosa borrachera. Hombres y mujeres con sus trajes típicos, apropiándose profundamente de la ciudad.






El fin del día nos llegó muy rápidamente y con él la temida sensación de que el viaje por Alemania se nos terminaba. Si bien lo seguíamos hacia Austria, el principal objetivo ya se estaba dando por cumplido. Y con éxito. Todos los días con sol al punto tal que María Rosa se animaba a decir que lo habíamos traído de Argentina. ¡Y fue cierto!




Una última cerveza al final del día y una discreta cena en el restaurant del Hotel marcaba el fin de la etapa alemana, justo cuando comenzaban a caer las primeras gotas de lluvia. Por la mañana deberíamos arrancar temprano a tomar el tren para Salzburgo.


¡Auf wiedersehen, Deutschland!

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