1/23/2015

Bitácora de viaje. Chile. Día 2. Entre Santiago y Puerto Montt

1050 Km era el desafío del día. De todos modos, había que hacerlo. Ideal para mirar, observar, conversar y aprender. Se nos apareció la síntesis de Chile en tres o cuatro datos. El país mas angosto de América. Un largo de 4329 Km y un ancho máximo en algunas partes de 177. Al dirigirnos al sur siempre teníamos a la derecha el Cordón cordillerano de la costa y a la izquierda la Cordillera de los Andes. A veces lejos, a veces cerca. En algún lugar llamado la angostura ambos cordones nos permitían un angosto paso.
Junto a la geografía y al paisaje se une la historia. Los incas llegaron hasta los límites del río Maule frenados por la comunidad mapuche que se encontraba al sur. No pudieron seguir y se hicieron fuertes en la cordilerra costera desde donde trazaron el camino hacia el norte.


Hacia el sur el pueblo mapuche marcó siempre sus territorios. Aún hoy en día son fuertes aunque las múltiples subdivisiones de la tierra los han dejado arrinconados a pocos lugares.
El valle que se forma entre Santiago y el Río Maule es un valle fértil, ideal para los viñedos, los olivares y las distintas plantaciones tanto de cereales como de plantas frutales y hortícolas. Los solares libres los usan para crear pasturas con sus fardos de pastos para la alimentación de su ganadería compuesta principalmente de vacas lecheras.


Hacia el sur, el territorio de los mapuches es antiguo y variado. Su pueblo se constituyó desde los valles al sur del río Maule hasta la isla Chiloé. También se los llamó Araucanos, a partir de la obra de Alonso de Ercilla. Mapuche quiere decir, hombre de la tierra y no les gusta mucho que los identifiquen con el concepto españolizado de araucanos. Los españoles obtuvieron un triunfo definitivo sobre el incario pero no así sobre el pueblo mapuche, quien lo derrotó en 1598. Tuvieron que pasar muchos años para que los españoles volvieran a conquistar a los mapuches y a negociar con ellos (1883). Pareciera que existen algunos paralelismos con la extinción de nuestros pueblos originarios en nuestra región a partir de la dolorosa conquista del desierto.

Con Allende los mapuches recobraron algo de sus tierras, aunque ya muchas de ellas estaban consignadas a empresas forestales quienes producen industrialmente la madera. La  gran cantidad de incendios de bosques muchos se los adjudican a los mapuches como rebeldía por la intromisión en sus tierras y por haber cambiado su hábitat original. Difícil saberlo, auque algo de eso habría, al igual que las manifestaciones ante los nuevos aeropuertos que se construyen también en la región (Valdivia) que no sólo contaminan con ruido y gases sino que lastiman la energía del universo, uno de los principales sentidos de la vida mapuche,
El paisaje, la geografía y la historia se mezclan. Los cataclismos en la región, ya sean los movimientos sísmicos o los volcanes han generado multiples migraciones de los pueblos originarios quienes han debido modificar también sus estructuras nutritivas. El camino hacia el mar los ha llevado a cambiar los alimentos producidos por el bosque por los alimentos del mar, desde la pesca hasta las algas.


Luego de la Araucania viene la zona de los ríos, cuya principal ciudad resultaría Valdivia y mas al sur la zona de los lagos hasta terminar en Puerto Montt. El paisaje se presentaba de un verde intenso a lo largo de los kilómetros, con muchas tonalidades en los valles y las diferencias cuando los bosques treparaban los cerros de la cordillera costera. La autopista por la que nos dirigíamos al sur se alejaba cada vez mas de los Andes permitiéndonos observar a lo legos y entre la bruma calurosa de la tarde las nieves eternas de los muchos volcanes que aparecían en 
nuestro camino.





La llegada a Puerto Montt se realizó cuando ya oscurecía. El cansancio y la necesidad de relajar un día de gran sedentariedad dentro del bus nos llevó a buscar una refrescante ducha y una cena en el comedor del hotel. Sin dudarllo mucho le hicimos el honor a una buena y generosa pizza con frutos de mar, acompañada de una refrescante cerveza artsanal de la cena. Yo, como siempre, con la rubia. Montserrat, eligió su Rotbier (roja).  El descanso se hacía obligado. Al día siguiente nos esperaba la isla de Chiloé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario