7/22/2016

Bitácora de viaje – Día 5. Stirling – Pitlochry – Castillo Blair - Inverness

Dejamos atrás Edimburgo. Hermosa ciudad. Probablemente una de las más hermosas de nuestro recorrido. Habrá que esperar, aunque está primera en la línea de las apuestas. Y el camino es seguir hacia el norte en Escocia, hacia Inverness, ciudad de la cual no tuve noticias hasta verla en el programa del viaje. De modo que, adelante. El tiempo ya no nos acompaña. La llovizna se hace permanente y la temperatura no sube de los cinco grados. 


¿Queríamos cambiar de estación cuando nos fuimos del invierno argentino? Sólo una cosa. No lo sentimos tanto porque estamos de viaje y eso te genera un humor particular, mejor aguante y buena onda para todo, incluso para la falta del sol, para la llovizna y para el fresco.


Stirling es la primera parada. Una ciudad medieval, muy bien conservada, con sus calles que van remontando la ciudad hasta la cima donde se encuentra el templo, el cementerio y las escuelas.
 La calle (street) de subida (o de bajada) va dispersando hacia sus costados nuevas callejuelas por donde serpentearán nuevas casas y urbanizaciones que han reciclado la ciudad antigua. Ingresamos a un viejo restaurant (era temprano) como para hacer nuestra tradicional parada técnica y pedir un café. La primera fue hecha, para el café nadie apareció para servirlo por lo que seguimos cuesta abajo hacia el centro de Stirling. 





El valor histórico de esta localidad lo podremos encontrar en su fundación por los romanos, en la construcción de una unidad estratégica en la colina y a sus pies corre el río Forth. Su segunda característica es que fuera de la Abadía de Westminster es el único lugar donde ha sido coronado un rey (Jaime de Escocia, cuando era aún un bebé) en la iglesia de la Holy Rude (Santa Cruz). Y la tercer característica la recordarán por la película Corazón Valiente, en la que Mel Gibson hace el papel de Willian Wallace, uno de los héroes de la independencia de Escocia y cuyo monumento se encuentra a pocos kilómetros de esta ciudad. 

Este monumento data desde 1869 y se lo puede divisar desde muchos kilómetros a la redonda. En los últimos años se construyó una estatua conmemorativa de Wallace, la que el pueblo lugareño pidió que se la sacara ya que su parecido lo era más con el actor que con la figura del héroe escocés. Historias del lugar….


Seguimos en la ruta hasta llegar a Pitlochry. Esta vez nada de monumentos, nada de iglesias, ni góticas ni románicas. Algo normal y a la vez excepcional. Una destilería de Whisky, lo que nos llenó de asombro, ilusiones y algo de bienestar. Se trata de Blair Athol donde se producen la “single Malt” o base para el “blended” del resto de los Whiskys que tomamos o nos gustaría tomar.  Una buena muestra de cómo se realiza esta bebida, los distintos pasos, su doble destilación, el agua especial de su propio arroyo que viene de las montañas. 


En fin, toda una demostración hasta el momento en que pudimos probar esta deliciosa obra de la capacidad humana: un muy buen Whisky, incomparable. Por ejemplo, Bell`s tiene el 25% de esta malta. 



Con otros agregados mas, conforma el 100% del blended (mezclado) y de ahí aparecen aquellos que nos gustan: El Chivas, los Jonny Walker en sus distintas variantes (roja, negra, doble negra, verde, dorado, azul = distintos y cada vez mas caros sus precios) y otros conocidos se inician con esta “single malt” maravillosa.  Por supuesto que sigo insistiendo con que el escocés es mejor. Mejor que el irlandés ya que este se hace con la base de trigo y el escocés con la base de cebada. La novedad estaba cumplida y seguimos nuestro camino. Ahora hasta el castillo Blair.

En la misma comarca se encuentra el Castillo de Blair Athol, propiedad del Clan Murray (los clanes forman parte de los señoríos que han construido Escocia. Algunos han podido conservar sus posesiones, otros las han comprado  y muchos las han perdido).


Una verdadera muestra arquitectónica de la construcción de los Castle. Iniciado en la época de las cruzadas cuando su señor estaba ausente, ahora se utiliza para mostrarlo, cuando también su señor (El Duque 11 del clan Murray) vive en Sudáfrica. Viene para las fiestas y para cobrar sus regalías.


Se lo utiliza para exhibiciones y para mostrarlo al público previo pago de una interesante entrada. Hay una cantidad extraordinaria de habitaciones. En ellas se muestran colecciones de armas, trofeos de caza, recuerdos del clan Murray, objetos etnográficos, pinturas, muebles, bordados, etc. Guardados por la familia a lo largo de su propia historia. 




El castillo es también la guarnición de los Cien Montañeses de Atholl (los Atholl Highlanders), el ejército privado del duque de Atholl, el único ejército privado legal de Europa






Manteniendo la llovizna como compañera inseparable seguimos haciendo camino hacia el norte de Escocia hasta llegar a Inverness. En la desembocadura del lago Ness y en el Fiordo de Moray, sus costas se encuentran bañadas también por el mar del Norte. Con una temperatura de 5 grados nos fuimos acostumbrando a la claridad, hasta muy entrada la noche, así como un temprano amanecer cerca de las 4 de la mañana. La llegada al hotel fue sorpresiva. La consejería del mismo y la imagen de un disco coincidían.

Entre los nuevos pasajeros y los acostumbrados contertulios del pub existía una especial simbiosis en el norte, casi polar, de la tierra escocesa.

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