7/25/2016

Bitácora de viaje – Día 8 – Glasgow – Belfast – Dublin

Este día será complicado y largo en viajes. Casi 300 Km. Con un cruce en Ferry que suele ser aburrido por las esperas, migraciones y otras yerbas. Pero en fin. Arrancó la mañana temprano con un desayuno y a salir a caminar. Paseamos, como es nuestra costumbre, por las orillas del Río. Esta vez el Clyde. La temperatura de la maña era hermosa, fresca y sin lloviznas a la vista. Caminamos hasta llegar a la catedral Católica. 










Había una misa y me pareció estupenda para tomarle unas fotografías. Esperamos a que terminara y ahí van las fotos. De estilo neogótico se transformó en el único tiempo católico en épocas del la religión anglicana y debió soportar muchos años de vida encubierta. Hasta que llegaron los irlandeses e impusieron la necesidad de abrirla en forma permanente. No era bien vista y su construcción era de hormiga porque lo que se construía de día, los adversarios religiosos demolían de noche.





Un buen trecho de bus hasta llegar a Cairnryan donde embarcamos en el Ferry hacia Belfast (puerto de Larne). Verdaderos cruceros por las comodidades tanto para pasajeros como para todo tipo de automotores, camiones, micros. La llovizna se hizo presente y se mantuvo durante todo el trayecto que durará tres horas y algo. De ahí a visitar rápidamente a Belfast y caminar un tiempo como para hacer un mínimo reconocimiento de la ciudad.













Hay mucha historia y su geografía la delata por todos los rincones el barrio católico independentista, el barrio protestante amañado a la monarquía no están en guerra en la actualidad. Sin embargo, parecería que se muestran los dientes. Ni una sola insignia, ni bandera, ni banderín ni alegría en el barrio católico. Sólo murales historiando la guerra pasada y la necesidad de seguir con las ideas de la independencia del Reino Unido. En cambio el barrio protestante muestra sus banderas, las de Irlanda, de Inglaterra y del Reino Unido, banderines preparando una fiesta como sería la recordación del triunfo bélico de los ingleses sobre los irlandeses, forma solapada de festejar permanentemente su odio a los católicos. Y por supuesto, existe un muro que también los separa…





La cosa comenzó con The Troubles (los problemas) allá por 1969 y terminó en 1998 con el Acuerdo del Viernes Santo entre los republicanos irlandeses y católicos independentistas y los protestantes unionistas, vinculados al Reino Unido. La historia de esos años fue de mucha violencia y hoy, luego del acuerdo, la situación se mantiene latente, picante y veremos con el tiempo como actúa el tema del Brexit ya que puede catapultar todo no se sabe hacia dónde. El pueblo irlandés es muy sufrido y se nota. Recogía un dicho de ellos que dice algo así como: “Aún cuanto parezca que todo está perdido, nos queda el futuro”. Cierto y para vivirlo con el corazón. No deja de ser un canto a la esperanza. Me fui….

Cairnryan es un pequeño pueblo escocés en Dumfries y Galloway al este de la orilla del lago Ryan y cuenta con una importante historia marítima. El pueblo tiene 2 grandes terminales de ferry que conectan Escocia con el norte de Irlanda con conexiones de trenes hasta la central de Glasgow. Aquí embarcamos para llegar al Puerto de Larne (Belfast). Su puerto es importante ya que es el centro de toda la industria naval de Irlanda está conectada con esta ciudad. Otro puertos Harland y Wolff son aquellos donde se construyó el HMS Titanic, cuya historia todos conocen.



Por la tarde tomamos la carretera hacia Dublin. Al pasar la frontera se nos cambiaron las mediciones. Pasamos de millas a kilómetros y de pounds a euros. El resto siguió siendo el mismo paisaje hasta llegar a Dublin, a eso de las 6 de la tarde. 








Todavía quedaban varias horas de luz de modo que nos propusimos caminar un rato hasta que, como irlandeses corrientes, ingresamos a un pub. Murris se llamaba . Con música y danza irlandesa y buena comida del lugar. Y por supuesto, la infaltable negrita de Guinnes.

El lugar muy pintoresco, la música movediza y dinámica acompañada por los parroquianos del pub (no creo que quede bien decir pubistas), con lo que la danza se fue haciendo frenética y nuestro aplauso al cierre de la música y esa danza tan especial llega hasta el paroxismo. Siempre me quedé con las ganas de ver un musical allá por el 2000 llamado “ The Lord of the danze”. Lo encontré en YuoTuve y me deleité con esa música. Invito a hacerlo mismo o a escuchar y ver aquel final hermoso de la película Divino Ned (Waking Ned divine) que tantas veces la han pasado por la tele. Asociar Dublin a este tipo de música es delicioso.







Cuando salimos del pub ya estaba oscuro. La aguja luminosa. Conocida por su nombre en inglés, the Spire, oficialmente se llama Monumento de Luz y se trata de una enorme estructura de acero inoxidable con forma de aguja que alcanza los 120 metros de altura y que está situado en el lugar donde estaba antes el Pilar de Nelson, sobre la calle O’Connell de la capital irlandesa.




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