Este día será complicado y largo
en viajes. Casi 300 Km. Con un cruce en Ferry que suele ser aburrido por las
esperas, migraciones y otras yerbas. Pero en fin. Arrancó la mañana temprano
con un desayuno y a salir a caminar. Paseamos, como es nuestra costumbre, por
las orillas del Río. Esta vez el Clyde. La temperatura de la maña era hermosa,
fresca y sin lloviznas a la vista. Caminamos hasta llegar a la catedral
Católica.
Un buen trecho de bus hasta
llegar a Cairnryan donde embarcamos en el Ferry hacia Belfast (puerto de
Larne). Verdaderos cruceros por las comodidades tanto para pasajeros como para
todo tipo de automotores, camiones, micros. La llovizna se hizo presente y se
mantuvo durante todo el trayecto que durará tres horas y algo. De ahí a visitar
rápidamente a Belfast y caminar un tiempo como para hacer un mínimo
reconocimiento de la ciudad.
Hay mucha historia y su geografía
la delata por todos los rincones el barrio católico independentista, el barrio
protestante amañado a la monarquía no están en guerra en la actualidad. Sin
embargo, parecería que se muestran los dientes. Ni una sola insignia, ni
bandera, ni banderín ni alegría en el barrio católico. Sólo murales historiando
la guerra pasada y la necesidad de seguir con las ideas de la independencia del
Reino Unido. En cambio el barrio protestante muestra sus banderas, las de
Irlanda, de Inglaterra y del Reino Unido, banderines preparando una fiesta como
sería la recordación del triunfo bélico de los ingleses sobre los irlandeses,
forma solapada de festejar permanentemente su odio a los católicos. Y por
supuesto, existe un muro que también los separa…
La cosa comenzó con The Troubles
(los problemas) allá por 1969 y terminó en 1998 con el Acuerdo del Viernes Santo entre los republicanos irlandeses y
católicos independentistas y los protestantes unionistas, vinculados al Reino
Unido. La historia de esos años fue de mucha violencia y hoy, luego del
acuerdo, la situación se mantiene latente, picante y veremos con el tiempo como
actúa el tema del Brexit ya que puede catapultar todo no se sabe hacia dónde.
El pueblo irlandés es muy sufrido y se nota. Recogía un dicho de ellos que dice
algo así como: “Aún cuanto parezca que
todo está perdido, nos queda el futuro”. Cierto y para vivirlo con el
corazón. No deja de ser un canto a la esperanza. Me fui….
Cairnryan es un
pequeño pueblo escocés en Dumfries y Galloway al este de la orilla del lago
Ryan y cuenta con una importante historia marítima. El pueblo tiene 2 grandes
terminales de ferry que conectan Escocia con el norte de Irlanda con conexiones
de trenes hasta la central de Glasgow. Aquí embarcamos para llegar al Puerto de
Larne (Belfast). Su puerto es importante ya que es el centro de toda la
industria naval de Irlanda está conectada con esta ciudad. Otro puertos Harland
y Wolff son aquellos donde se construyó el HMS
Titanic, cuya historia todos conocen.
Por la tarde tomamos la carretera
hacia Dublin. Al pasar la frontera se nos cambiaron las mediciones. Pasamos de
millas a kilómetros y de pounds a euros. El resto siguió siendo el mismo
paisaje hasta llegar a Dublin, a eso de las 6 de la tarde.
El lugar muy pintoresco, la música movediza y dinámica acompañada
por los parroquianos del pub (no creo que quede bien decir pubistas), con lo que
la danza se fue haciendo frenética y nuestro aplauso al cierre de la música y
esa danza tan especial llega hasta el paroxismo. Siempre me quedé con las ganas
de ver un musical allá por el 2000 llamado “
The Lord of the danze”. Lo encontré en YuoTuve y me deleité con esa música.
Invito a hacerlo mismo o a escuchar y ver aquel final hermoso de la película
Divino Ned (Waking Ned divine) que tantas veces la han pasado por la tele.
Asociar Dublin a este tipo de música es delicioso.
Cuando salimos del pub ya estaba
oscuro. La aguja luminosa. Conocida por su nombre en inglés, the Spire,
oficialmente se llama Monumento de Luz y se trata de una enorme estructura de
acero inoxidable con forma de aguja que alcanza los 120 metros de altura y que
está situado en el lugar donde estaba antes el Pilar de Nelson, sobre la calle
O’Connell de la capital irlandesa.
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