El
día amaneció a nuestro gusto. Limpio con la ciudad que ayer la niebla nos había
escondido. Luego del desayuno aprovechamos para visitar el Museo de Arte sobre
la Av. Michigan. Mapas mediante y con una correcta ubicación nos fuimos
caminando hacia el museo. Clima de Maratón 2017. Deportistas y corredores que pasaban al lado
nuestro calentando tobillos y rodillas para los 42 kilómetros que tendrían
lugar al día siguiente.
Por ahora los corredores del día previo que corren unas
cuatro millas solamente, inundaban todo
el centro del Millenium Park y del Mc Kormick Center lugar y punto de encuentro
de la organización. Nos cruzamos con miles de corredores que desde temprano
habían cumplido con su objetivo.
El domingo de la maratón era esperado por más
de 45.000 que correrían. Las noticias de días venideros nos confirmarían que un
local por primera vez ganó la importante carrera.
Nuestra
llegada al museo sufrió su primer traspié al encontrarlo cerrado y confirmar
que la hora de apertura nos dejaba sin tiempos para regresar al hotel y tomar
del bus que iniciaría su marcha hacia Washington.
Paseamos
un momento por la Avenida Michigan, nos dirigimos a la avenida donde se
encuentra el tren aéreo, no tanto para tomarlo sino para observarlo. Realmente,
creo que si lo dejan es por recuerdo. Tiene un recorrido circular interesante
pero que se podría realizar de otro modo. Lo dejamos por si alguna vez llegamos
a ser alcalde de Chicago. No nos corresponde a nosotros tomar decisiones.
Por
lo que iniciamos un recorrido placentero de caminata, compras, aprovechando el
tiempo para llevar los regalos a nuestros nietos, tiempo para almorzar y llegar
al hotel donde l bus nos esperaba para salir.
El
tiempo aprovechado nos sirvió para reconocer la ciudad de día con sus
rascacielos y su cielo azul que el día anterior nos fuera negado. Recorrer la Magnificente Mile con sus tiendas y
escaparates, restaurantes y casas de regalos. Pretender subir el día anterior a la Torre John Hancock
Building hubiera sido
un desatino. Y hoy ya era tarde porque los tiempos resultan implacables. Fotos
y mas fotografía de edificios iguales y distintos, una caminata junto al río
con el universo de caminantes que como nosotros nos movíamos en esa interesante
ciudad llamada Chicago. Y como todas las veces, debíamos abandonarla con miles
de cosas sin conocer.
Con las ganas, como se dice.
Una larga
conversación con otros clientes del lugar nos hizo conocer que Indiánapolis mas
allá de ser el centro automovilístico de primera era un centro universitario en
el que la investigación de vacunas era lo más importante. Su universidad es una universidad pública que se formó en 1969 como una asociación entre
la Universidad de Indiana y la Universidad de Purdue. Se encuentra en
Indianápolis, Indiana. La universidad ofrece licenciaturas, maestrías,
profesionales y doctorados. Cuenta con más de 29,000 estudiantes actualmente
matriculados. Los programas académicos se ofrecen en las áreas de Artes y
Diseño, Negocios, Odontología, Ingeniería y Tecnología, Ciencias de la Salud y
Rehabilitación, Informática, Periodismo, Derecho, Artes Liberales, Medicina,
Enfermería, Educación Física y Gestión Turística, Asuntos Públicos y
Ambientales y Sociales Trabajo.
La lluvia pudo más que las ganas de seguir conociendo la noche indiana.
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