12/02/2017

Bitácora de viaje. Día 19. New York

Ultimo día del viaje y la idea era caminar por la ciudad. Ubicados en el Midtown nos resultaba fácil movernos. La primera decisión fue retirar los tickets para el Moma y para un espectáculo en Broadway. 

Como nos habíamos encontrado con nuestra hija Muriel y su esposo (aunque cada cual anduviera por las suyas) habíamos programado encontrarnos a la noche para ver juntos CATS.
De modo que arrancamos con nuestra caminata desde el hotel hasta el Museum of Modern Art (Moma) sobre la calle 53 entre la 5º y la 6º Avenue. Hasta ahí caminamos en formato “mirando vidrieras” con paso lento y sin proponernos llegar agotándonos. Hicimos nuestra parada obligada en el Times Square y observar a la abigarrada multitud que se concentraba ya a las 9 de la mañana. 



Por supuesto, las luces multicolores que resaltan tanto por la noche, durante el día siguen llamando la atención haciéndote girar la cabeza y mirar hacia las alturas para descubrir detrás de ellas el cerrado techo azul de los rascacielos.





















El Moma te sorprende en cada sala por donde pasás. Lo clásico, arrancamos por el piso superior y “siempre hacia la derecha”, con lo que nunca te quedan rincones sin conocer. Decir que es un “santuario” del arte pareciera una barbaridad, sin embargo lo es. Basta caminar y dejarte asombrar, particularmente por aquellas obras de arte, pinturas y esculturas que siempre te gustaron porque miramos las imágenes y fotografías. En esta oportunidad, las vemos en su forma original, en  sus medidas, en su entorno, rodeados de gente sensible y admiradora del arte. El silencio forma parte del ambiente y en ese santuario, pareciera que es la forma de admiración y oración.


Picaso con las Señoritas de Avignon, aquella pintura que tuvo su origen en el barrio donde nació mi mujer en Barcelona, las pinturas de Chagall y Kandisky, Mondriani y Matisse, Asombro sin parar con muchos pintures y artistas desconocidos para nosotros pero con obras de belleza inigualable.

A veces la llamaba a Montserrat a ver lo que consideraba mis descubrimientos, a veces me llamaba ella y asi fuimos disfrutando la bajada de los seis pisos, los detalles y una buena jornada por el Museo. Cada tanto, algún banco para descansar y aprovechar para tomar algo de aire y seguir. Cuando salimos ya había pasado la hora del almuerzo. Seguimos con nuestra caminata. La idea era llegar al aStation Central pero no nos dio el tiempo. 
Cuando quisimos acordarnos debíamos salir para el teatro. Tomamos un Taxi y nos dirigimos para ver el musical  Cats en el Centro de Broadway. Nos encontramos con Muriel y disfrutamos el espectáculo.
 Dos horas maravillosas, llenas de música, colorido, canciones y una historia que si bien no comprendíamos por las palabras si lo hacíamos por la danza y la belleza transmitida. Salimos tarde canturreando Memory aquella canción que tantas veces hemos escuchado- Ya nos encontramos con el esposo de Muriel y los cuatro nos dirigimos a un pub Lillie´s a degustar unas cervezas.




Mar tarde, nos despedimos. Tomamos un taxi hasta nuestro hotel mientras ellos caminaban a su lugar con la idea de encontrarnos al día siguiente en el Aeropuerto para emprender el regreso.

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