Todo
tiene que terminar. Es el ciclo de la vida y de los viajes. Ha sido un largo,
hermoso e intenso viaje. Con más de 6.500 km recorridos. No creemos haber
aprendido la historia de Estados Unidos en estos veinte y pico de días pero por
lo menos tenemos una idea. De sus cosas, de su gente, de sus vivencias.
Sólo hemos estado en el norte de Estados Unidos y en algunas ciudades del sur de Canadá. Todas importantes y ha sido muy lindo. La naturaleza ha sido generosa con estos países dotándoles de agua y de verde sin fin. No se podrán quejar de nada. Su gente, la de a pie, la que hemos contactado nosotros en nuestros días por ambos países es maravillosa. Como nosotros. Sin ninguna duda y sin ningún tipo de aprovechamiento. Es que la gente de a pie tiene eso que no tiene el “gentilicio” con que a veces despectivamente llamamos “yanqui” o norteamericano. Respeto, solidaridad, sencillez, desde la mucama de un hotel hasta el señor con maletín que se detiene cuando uno abre un mapa y muestra dificultad para encontrar la calle…
Eso
es lo lindo de viajar…
Y
de nuevo a casa que eso también es bueno, con nuestras costumbre, nuestras
cosas, nuestras cosas jodidas, pero nuestras al fin. Y sin vergüenza.
Ya
hicimos las valijas. En menos de una hora llegamos al aeropuerto. Con un taxi
moderno, coloquial, centroamericano. Y que nos recuerda el momento de los
agradecimientos.
En
principio a Europamundo viajes por
su tour bien organizado y cumplido a la
perfección. Da gusto. Incluso cuando hubo algún pequeño problema. Su gente,
choferes, guías, contactos, impecables a los que tenemos que agradecer. Estefanía que nos acompañó durante la
etapa de Nueva York a Canadá hasta dejarnos en Búffalo. Joven inteligente,
rápida para resolver problemas.
Tranquila para que cuando los hubo para no llegaran a mayores. Gabriel, inteligente y caminador. Mucha información y oportuna. Nos
hizo un acompañamiento desde Búffalo, Chicago, Washington hasta dejarnos en New
York. Vale la pena un viaje asi cuando se está correctamente acompañados. Una
hermosa y buena compañía han sido estas personas que circunstancialmente nos
unió el mismo objetivo de viajar y que cada uno o cada una con su sensibilidad
o su simpatía o su inteligencia fueron agregando matices a ese viaje. No puedo
recordar los nombres de todos mis compañeros, pero a ellos nuestro cordial y
sentido agradecimiento.
Otro
agradecimiento especial a Confort
Turismo de La Plata, a Carlos y su hermoso equipo de Alejandro, Paula y
Noelia quienes nos coordinaron y organizaron este viaje. Profesionalidad que
merece la estima y el agradecimiento de quienes utilizamos sus servicios. Y
para seguir teniéndolos en cuenta. Ya
estamos pensando en otro viaje. A prepararse.
Y
algo reciproco y mutuo para mi compañera de viaje y de vida como es Montserrat.
Capaz de elegir destinos, imaginarlos y disfrutarlos y callarse la boca aún
cuando la rodilla le explote de cansancio. Así fuimos recorriendo caminos, de
la mano y disfrutando todos, desde los grandes paisajes, hasta las cosas más
minuciosas. Y a tener la audacia de probar las comidas de cada lugar.
Muchos
conocimientos, muchas enseñanzas. La perspectiva que se tiene de conocer otros
países es única, ya sea desde el Museo mas importante, hasta de una callecita
que no dice nada pero está llena de significados. Casi sería hermoso hacer un
día mas de bitácora para narrar aquellas pequeñas cosas que han llamado la
atención, te ponen los pelos de punta, te emocionan y se recuerdan para
siempre, aún cuando no lo puedas contar.
Un
agradecimiento extra para todos los lectores de la bitácora. Tanto los del face
quienes han visto la síntesis como aquellos que se metieron en la lectura y
disfrute de fotos en el blog. A todos ellos muchas gracias. Es probable que
hubieran deseado conocer los sonidos de las canciones que escuchamos, el
perfume de los lugares que recorrimos, el ruido de la gente que suele ser tan
importante como su silencio. Estas cosas si no las he podido transmitir es que
mi capacidad literaria no lo ha logrado. Pero lo hecho, es algo y lo ofrezco
con generosidad.
Ya
el avión, hace rato levantó vuelo. Y llegamos a la Argentina. Hemos los
trámites de rigor y mientras nos dirigíamos a nuestro hogar, amanecía en La
Plata.
Hasta
la próxima.
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