10/12/2018

Bitácora de viaje. Día 4. Metsovo y la isla de Corfú.





Desde el centro norte de Grecia nos dirigimos hacia el oeste buscando el mar. Otro día de muchos kilómetros pasando por altas montañas y hermosas carreteras. Nuestra primera parada resultó un pequeño pueblo balcánico, con mucha influencia turca y eslava, Su cercanía con Albania nos permitía acceder a un variopinto paisaje de distintas culturas encerradas en ese pequeño pueblo de montaña llamado Metsovo. En el Parque Nacional de las montañas de Pindos, la columna vertebral de Grecia, se encuentra este pueblito de piedra, especial para pasar unos días de invierno. Al igual que muchos que hay en la región. Beneficiado por permisos excepcionales de la ocupación otomana, pudo crecer con artesanías, ganado y mucho comercio, a la vez que las montañas le generaban la cobertura si su seguridad fuera amenazada.


Un buen desayuno en el pueblo nos permitió seguir el camino hacia Igoumenitza, el puerto de ferrys donde embarcaríamos hacia la isla de Corfú. El camino de espléndidas autopistas y túneles nos fue mostrando un variado paisajes de valles y montañas. La llegada al puerto no nos dio demasiado tiempo para visitar los alrededores ya que llegamos muy justos al horario de hacia la isla.


Corfu es la segunda isla griega en cuanto magnitud y la historia de la misma se remonta hasta el momento mítico de los dioses: Poseidón se enamoró de Córcira  la bella hija de Asopo y Metopea. La raptó y la llevó a una isla donde le dio el nombre de Kérkira que era el nombre de la isla y de su ciudad capital. Hoy se ha transformado en Corfu para la lingüística inglesa quedando Kérkira para los griegos. 


Una historia de batallas y de luchas, de fortalezas que se crean, se derriban y se vuelven a construir. Venecianos, otomanos y británicos se pasaron de manos la posesión de la isla hasta el momento de la constitución de la república griega. Lo increíble es que no hay destrucciones en la isla sino que a través de distintas ocupaciones y guerras, el comercio ha estado por encima de todo. La isla era un centro comercial mediterráneo de gran importancia y las guerras solo imponían al vencedor pero no la violencia destructiva. Su gran posición estratégica al noroeste de Grecia se vincula con los Balcanes y con la Europa Central a través de Italia. Como tal objetivo seductor para los poderosos. Hoy sigue siendo igual. Una isla seductora para los poderosos... que con sus yates y veleros van a descansar ( o hacer negocios que para ellos es lo mismo).








En nuestra visita a la isla llegamos hasta una pequeña ciudad llamada Kanoni con una hermosa playa y totalmente preparada para el turismo. Sólo que el modo natural de acceder al lugar es con pequeños yates o veleros. El azul magnífico de su mar nos daba una vista increíble para quedarse.  Kanoni nos brinda unas bonitas vistas del monasterio de Vlacherna, posado sobre la laguna, y el islote de Pontikonisi, accesible en barca, que esconde una iglesia del Pantocrátor. Esta ha sido una de las mejores vistas que he obtenido con ese azul profundo, tanto del mar como del cielo. ¿Por qué ese azul en Grecia?


Por la tarde regresamos a la capital de Corfu para almorzar y recorrer sus callecitas, ver su iglesia y la increíble cantidad de tiendas de souvenirs, joyerías y comercios con ropa de marca  que se sumaban en sus calles con sus escaparates que llegaban hasta la vereda y  alrededor de sus plazas frente a la gran fortaleza. En sus marinas, infinidad de yates y veleros de todo tipo, color y banderas creaban un verdadero paisaje náutico. Los restaurants con sus mesas sobre las veredas y terrazas mostraban el dinamismo propio del variopinto turístico que se mueve (aunque dicen que ahora que pasó el “ferragosto” ya es menor).



Regresamos al bus para tomar el ferry de vuelta y ya en el continente nos dirigimos a otra isla para pernoctar en ella. Leucade, a la que accedíamos a través de largo puente sobre unos de los brazos de mar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario