No es lo mismo. La playa frente al hotel, cruzando
la avenida está buena. Pero resulta mejor la ilusión de pasarse un día en la
playa de una isla. Por eso elegimos conocer alguna de las Islas del Rosario. Estas son un pequeño
archipiélago de una treintena de islas pequeñas que se extienden más allá de la
península de Barú.
Nuestra elección fue la Isla del Encanto para lo que
había que tomar una lancha rápida que parte de la bahía de Cartagena y en una
hora recorre por mar abierto la distancia hasta la isla.
Lo que nos permitió conocer una vista de Cartagena
desde la propia bahía y la salida de la misma a través de Bocachica, a cuyas
márgenes se encuentran dos antiguas fortificaciones, utilizadas para la defensa
de la ciudad con fuego cruzado sobre los barcos enemigos que intentaban
ingresar a la misma.
El viaje de una hora nos dejó sobre la isla del
Encanto. Una bella y lujuriosa vegetación . Los dueños del parador brindan todo
tipo de comodidades, desde el uso de playa, piscinas, comedores y sombra para
aliviar los 30 grados de calor que persistentemente nos acompañaban.
Ante la invitación de visitar el acuario, asentimos
y volvimos a subir a nuestra lancha (unas 40 personas) para dirigirnos al
Parque Natural de las islas corales. Para ello nos dirigimos a otra isla
(quince minutos) llamada San Martin y nos encontramos con el Acuario
San Martín de Pajarales. El acuario es marino y a través de una serie de
pasarelas pudimos admirar y conocer las distintas especies marinas que habitan
en el lugar, acompañados por un guía isleño que nos hizo disfrutar no sólo sus
conocimientos sino las distintas piruetas que hacían sus queridos peces.
Nos
asombramos cuando manejó a los tiburones como si fueran delfines, a lo cual ya
estamos acostumbrados. No obstante, vimos tanto la presentación de los
tiburones como la de los delfines en un hábitat natural.
Mas allá de los citados pudimos ver una variedad de familias
de peces y de distintos tamaños, asi como tortugas, yacarés y las aves marinas
que los acompañan.
Terminada la presentación volvimos a nuestra lanza y a la
isla del encanto para el almuerzo porque ya era una hora justa para ello. Nos
sirvieron una variedad de entradas y de pescados con salsas de mariscos, aunque
también había pollo y carne (paso) y algunas pastas. De postre la variedad de
frutas desconocidas para nosotros como el mango, la papaya, tamarindo y
nísperos, como también algunas conocidas como las bananas, peras, piñas y otras
mas.
La tarde fue de pileta y playa hasta la hora de volver. Otra
vez a la lancha y a disfrutar del vento fresco que te daba a la cara (no tanto
por la temperatura sino por la velocidad) y observar nuevamente a esta Cartagena Mágica desde su bahía en la
que navegaron los coloniales españoles y los piratas ingleses así como los
viejos bucaneros buscando riquezas, detrás del sueño del oro y las esmeraldas.
El viejo galeón que se encuentra en el puerto nos hace recordar a Jonny Depp y Geofrrey
Rush y sus piratas de La Perla Negra.